La carnicería tradicional mexicana "La Luz" es un ejemplo emblemático de cómo el esfuerzo y la dedicación pueden transformar un negocio familiar en un pilar de la comunidad. Todo comenzó cuando Salvador mejor conocido como “Don Chava” adquirió la carnicería de su hermano, quien le transmitió los secretos y la pasión por el oficio. Decidido a mantener la tradición y la calidad, se dedicó a perfeccionar sus habilidades como carnicero y a buscar proveedores que criaran a su ganado de manera natural, sin aditivos ni hormonas, lo que garantizaba productos de alta calidad y sabor auténtico.​

La carnicería se convirtió en mucho más que un simple lugar para comprar carne; se convirtió en un punto de encuentro para la comunidad, donde la gente venía no solo a abastecerse de productos frescos, sino también a compartir historias, recetas y momentos especiales.